Muy cerca de nuestra pensión se encuentra un edificio modernista conocido como el Capricho de Gaudí. Fue proyectado por Antoni Gaudí y construido entre 1883 y 1885 bajo la dirección de Cristóbal Cascante, ayudante del arquitecto reusense, por encargo del indiano Máximo Díaz de Quijano. Es una de las pocas obras que Gaudí proyectó fuera de Cataluña.
El palacio de Sobrellano, fue obra del arquitecto catalán Joan Martorell quien lo construyó por encargo del primer Marqués de Comillas, Antonio López y López, acabando las obras en el año 1888. Este grandioso edificio de estilo neogótico con ciertos aires venecianos es de planta rectangular y posee en el interior muebles de Antonio Gaudí y pinturas de Eduardo Llorens.
Con algo más de 1 km de largo, esta pequeña pero coqueta playa es una de las referentes de la zona occidental de Cantabria por su situación y su enclave.
Se trata de una plantación de 2,5 hectáreas de sequoia (Sequoia sempervirens) localizada en el Monte de Las Navas, cercano a la localidad de Cabezón de la Sal. Las sequoias, inhabituales en Cantabria y de las que en España únicamente existen pequeñas masas en estado seminatural, fueron plantadas en los años 1940. Hoy en día persisten en el lugar 848 ejemplares de esta especie, con una altura media de 36 metros y un perímetro medio de 1,6 metros.
El parque natural, que comprende los estuarios de la Ría de San Vicente, la Ría de la Rabia y entorno, constituye un magnífico ejemplo de ecosistema litoral. Además de acantilados, zonas de praderías y bosques de frondosas autóctonas, se encuentran diversos sistemas dunares, que junto con los del Parque natural de las Dunas de Liencres son los más relevantes de la costa cantábrica.
San Vicente de la Barquera es un municipio de la comarca costera occidental de Cantabria (España). Limita con el mar Cantábrico y los municipios de Valdáliga, Herrerías y Val de San Vicente. Su capital, la villa de San Vicente de la Barquera, se encuentra muy ligada al mar como demuestran todas sus tradiciones, costumbres y sus fiestas más populares. El turismo es su principal actividad debido a la gran belleza natural y patrimonial con la que cuenta la zona.
La villa fue declarada conjunto histórico-artístico en 1889. En sus inmediaciones se encuentra la cueva de Altamira, protegida como Patrimonio de la Humanidad. Es uno de los pueblos más turísticos y más visitados de Cantabria, siendo una parada imprescindible para los turistas que visitan la región. Esto ha hecho que gran parte de los habitantes del municipio vivan de la actividad turística, especialmente de la hostelería, los alojamientos rurales y las tiendas de productos típicos.
Es considerada una cavidad única a nivel mundial por la calidad y cantidad de las formaciones geológicas (espeleotemas) que alberga en sus 20 kilómetros de longitud total, aunque sólo 4 están abiertos al público. En ella se encuentran formaciones poco comunes como helíctitas (estatalactitas excéntricas que desafían la gravedad) y draperies (sábanas o banderas traslúcidas colgando del techo). Las rocas sobre las que se desarrolla el karst que da lugar a la cueva datan del Mesozoico, concretamente del periodo Cretácico, hace 240 millones de años.
El parque de Cabárceno desarrolla tanto trabajos de investigación relacionados con la conservación de especies en peligro de extinción, como a la educación ambiental. Es conocido por el régimen de semilibertad de algunos animales. En especial después de la zona de los rinocerontes en ocasiones se pueden ver ciervos, gamos y monos de Gibraltar entre los vehículos de los visitantes. También cuenta con rutas botánicas que permiten ver diferentes tipos de plantas, situadas normalmente junto a los lugares más visitados.